La detesto, detesto que se preocupen así de ella, detesto su forma de ser, detesto que sea así, no sé, no la quiero cerca, la envidio, la envidio... porque ella es, ella es linda, ella come y no engorda, ella es flaca, ella esta rodeada de gente que la quiere y que la consuela, ella hace lo que quiere... cuándo y cómo quiere. La envidio porque tiene un singular padre, porque tiene una familia que la adora, porque tiene buenas notas, porque es mejor que yo... La envidio porque estuvo con él cuando yo debía estarlo, la envidio porque... ¡No sé! Estoy harta de sus estupideces, no la quiero cerca, no la quiero ver, la detesto... detesto que finja ser algo que no es, que finja sentir algo que tal vez no siente, detesto que se preocupen por ella, detesto que la miren así, detesto que la abracen y le digan que la quieren, detesto su falsa risa, detesto sus lágrimas obligadas, la detesto... ¡La detesto!
Soy una idiota, lo soy, fui y soy una imbécil.
Decepcionada... sí, ella esta decepcionada, y debería estar decepcionada de ella misma, de ser como es, de su falsa vida, de sus falsos problemas... ¿y que si son de verdad, y que si son falsos? No me importa, yo la detesto, detesto que se preocupen de una niñita caprichosa como ella, detesto que se preocupen de mi, detesto... detesto que la vean como a alguien sufrida, siendo que no sabe ni siquiera lo que es eso. Me da rabia, me da rabia porque todos creen que ella tiene los peores problemas y las peores situaciones, pero no se imaginan... Ni siquiera se imaginan, bueno... ¿y qué me importa que se imaginen o no? Si me da igual, me da igual, ¡no!, mentira, no me da igual. La envidio, porque todos la quieren a ella, así tal cual es, aunque sea una niñita caprichosa. La detesto porque es mejor que yo, porque no soporto que lo sea... porque soy una imbécil.
Como mierda me gustaría decirle un par de verdades, de gritarle en su cara, de decirle todo lo que me apesta, todo lo que provoca en mi, todo lo que hace que sienta, todo lo equivocada que está, todo lo falsa que es. Pero no, dejémoslo así, como siempre terminaré irritándome... Es lo de menos, siempre he de estarlo, y una vez más... da igual. Ojalá que se quede sola, que se pudra en la oscuridad, que se pudra... que se pudra, así como lo estoy haciendo yo, que sienta lo mismo que yo, a ver si le quedarán ganas de decir que es la joven con más mala suerte y más problemas de este puto planeta tierra.
¿Y que si estoy siendo mala?, siempre lo he sido. Una niña envidiosa, siempre... ¿Y, qué me puede suceder? Más de lo que ya me ha ocurrido, no lo creo, y puede que sí, pero sabré salir, sabré fluir como lo he hecho hasta ahora.
Yo quería... yo quería una familia bien constituida, con un padre y una madre que se quisieran, que lo dieran todo por nosotros, que mi padre se sacrificara, que demostrara que le importábamos. Yo quería ser distinta, yo no quiero ser una carga... no quiero serlo.
Yo no quiero verlos así, yo quiero que estén felices, yo no quiero que mi madre haga todo, yo no quiero que ella termine más agotada de lo que está, no quiero que sufra más.
Yo no quiero ser gorda, no quiero ser fea, no quiero tener que tomar dos malditos medicamentos para sentirme y estar mejor, no quiero tener depresión, no quiero tener ansiedad, ¡no quiero comer más! No quiero, no quiero...
Quiero salir de aquí, quiero mojarme, quiero estar bajo la lluvia, quiero que por mi rostro no corran sólo ácidas lágrimas, quiero que sean acompañadas por una dulce lluvia...
Yo quiero, yo quiero gritar, yo quiero llorar desconsoladamente, yo quiero escuchar de tus labios que todo estará bien, quiero oírte decir que me amas, y que estarás conmigo siempre, en todo momento, en todo lugar...
Yo quiero que estés aquí conmigo, no quiero estar lejos de ti... nunca.
Y he caído, una vez más lo he hecho, y ha sido de improvisto, como todas las otras veces. Pero ya me he puesto de pie, porque quiero continuar caminando, quiero continuar sonriendo, quiero continuar viviendo.
Aún siento ése sentimiento en mi, aún siento rabia, siento ira, aún siento envidia, aún estoy mal, aún quiero llorar, aún quiero gritar, aún tengo ganas de hacerlo... ¡Sí! De hacerlo.