miércoles, 26 de noviembre de 2008

A Carolina.


Estoy arrepentida. Hice daño, lo sé. A ti, a él... a mi. No pensé las cosas, me ganó el rencor, la ira, y quizás la envidia, yo... lo siento. Me avergüenzo de todo lo que he dicho, hecho y pensado... de verdad que lo hago. Y te pido disculpas, tú no me hiciste daño a mi, lo sé, pero es mi mente la que quiere creer y ver cosas que no existen, aún no puedo contra ésto.
Sé que tienes problemas, pues te digo que yo también los tengo, y quizás sean de menor o mayor magnitud, no lo sé, no te conozco bien (tampoco a mi), y sé que es difícil aceptar que los tienes... y necesitas ayuda. Y te admiro porque lo haz hecho, te admiro porque lograste dar el primer paso, que es el más importante.

Quiero que me perdones por ésas veces en que no te saludé, ésas veces en que hice malos comentarios sobre ti, ésas veces en que te deseé lo peor, ésas veces en que la envidia me carcomía por dentro, ésas veces... tantas veces, quiero que me perdones. Aunque sé que es difícil hacerlo, pero no te pido nada más, ahora... creeme que me siento culpable, con carga de conciencia. Si no quieres hacerlo, te prometo que lo entenderé... pues hasta yo pensaría en si perdonar o no.

Yo sé que quizás es muy tarde, sé que quizás te hice daño... a lo mejor más del que me puedo yo imaginar, pero sé, que más daño me causé yo... porque los malos sentimientos yo los sentí, yo los manipulé... y no los supe controlar, hasta ahora... que me vengo dando cuenta.

Y en fin, me gustaría decir tantas cosas, escribirte tantas cosas, pedirte perdón por tantas cosas más, pero sólo dejaré lo que en general... siento aquí y ahora.

Lo único que me queda por decir en éste escrito, es que, de verdad estoy arrepentida, y me gustaría empezar desde cero.